Entrevistamos a Barnabé Fillion, perfumista francés que cuenta con algunos de los hitos más extraordinarios del mundo de los perfumes, entre ellos una investigación que le llevó a la NASA en busca del olor de la luna. Esta visión, le ha llevado a desarrollar los aromas únicos del perfume que ensalza los combinados Royal Bliss, que están sorprendiendo en el mundo de la mixología.

Fillion, uno de los expertos que colaboró en la creación de Royal Bliss, nos cuenta el porqué de la importancia de los perfumes en la coctelería. Fillion, con su carácter visionario ha sabido dotar de personalidad a la fragancia de Royal Bliss siempre bajo una misma filosofía; complicarse la vida es maravilloso. Personaje multidisciplinar donde los haya, Fillion comenzó su carrera como modelo, estilista y fotógrafo. Asegura que su método de trabajo está muy en línea con Royal Bliss, “yo compongo, no mezclo”. Utiliza imágenes, recuerdos, espacios y tiempos para comenzar a investigar e idear nuevos universos olfativos. Sus fórmulas siempre cuentan como mínimo con extractos de 50 o 60 ingredientes. Y trabajando se vuelve alquimista “la esencia de un perfume está en la cualidad de sintetizarlos”. Le preguntamos cuál ha sido su método de trabajo para crear el perfume de Royal Bliss… “En este caso, ha sido necesario probar muchas tónicas, al principio es como trabajar con una página en blanco, dejar volar la imaginación, coquetear con lo que tenía ganas de beber con esas tónicas… después las intenté transformar creando el aroma: resplandor, brillo, sorpresa, notas de fondo muy precisas”. “El 95% de las experiencias llegan por la nariz, sobre todo porque es el único sentido que tenemos desarrollado cuando nacemos”. Por ello ha diseñado para Royal Bliss, una fragancia con la que catalizar los aromas de los combinados individualmente. “El perfume  que he creado es una especie de introducción al mundo de los aromas, de los sabores, de la mixología”. Ha estudiado botánica para entender el perfume con el rigor que aporta la teoría. Este conocimiento unido a su infinita inquietud intelectual le han llevado a hacer experimentos sumamente transgresores. “Royal Bliss es una ética, una idea sobre el desarrollo de la creación, pero también trabajar mano a mano con expertos que en este caso son los mixólogos y al mismo tiempo los consumidores. Transformar el acto ordinario de beber y pasar un rato de fiesta en algo extraordinario donde se aprende sobre los sentidos y sobre la posibilidad de desplazar y aumentar el territorio del placer con el alcohol”.